domingo, 28 de julio de 2013

El artista solitario

Pintor estadounidense, cuyas obras quedan grabadas en la retina de todo aquel que las ve, Edward Hopper es quien mejor supo reflejar la soledad.

No se sintió atraído por los iconos de Nueva York sino que pintaba lo cotidiano de la sociedad estadounidense. Sus pinturas muestran la Cara B del sueño americano.

Sus escenas parecen sacadas del fotograma de una película. Eso y el empleo personal de la luz en sus cuadros son los principales elementos diferenciadores de su pintura.


El éxito le llegó tarde. Sus pinturas no fueron reconocidas, hasta bien avanzada su carrera, y fue a partir de su muerte cuando empezó a ser reconocido como uno de los grandes maestros del arte del siglo XX. Y no sólo como un ejemplo de la pintura realista americana.


Aunque ya no podemos disfrutar de la exposición itinerante que nos visitó en el Museo Thyssen-Bornemisza el pasado año, sí que se pueden ver algunas de sus obras, ya que forman parte de la colección particular del museo.

Una villa de ensueño

Pequeña villa escondida, admirada por su gran belleza, sus grutas y jardines hacen que nos escapemos de la rutina. Sus palacios, lo más emblemático del lugar, parecen sacados de un cuento de hadas que nos trasladan a otra época.



Marcado por las huellas de los que pasaron por allí, Sintra fue lugar escogido para el veraneo de reyes y nobles portugueses, y sigue siendo un lugar preferido por aquellos que desean disfrutar tanto de sus paisajes y edificios, como también de su repostería sobre todo de los Travesseiros (trenzados)  y de las más famosas Queijadas (quesadas).

Paseando por sus rincones, en el mismo corazón de Sintra, descubrimos el palacio Quinta de la Regaleira.  

Quinta da Regaleira

Su entrada escondida nos abre paso a este palacio (considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) cuyos alrededores se relacionan históricamente con la alquimia, la masonería y los templarios, llenando el ambiente de una magia y una luminosidad que atrae a todo el que lo visita.

 Entrada a Quinta da Regaleira

Sin duda, otra lugar que visitar en Sintra es el Palacio da Pena,  residencia de la Familia Real Portuguesa durante el siglo XIX.
Este singular palacio, se eleva sobre la colina como una visión de ensueño. Fue la propia familia real la que se encargó de su decoración.
De estilos manuelinos, árabes y medievales, con azulejos por doquier, figuras mitológicas cargadas de simbología, galerías de arcos y la utilización del rosa y el amarillo dieron forma a un verdadero palacio de cuento de hadas que conserva casi intactos los muebles y objetos tales como los dejaran sus últimos ocupantes reales.

Tritón a la entrada del Palacio da Pena

Pasada la segunda puerta, sorprende el llamado Arco del Tritón, una extraña criatura medio hombre medio pez. extraño e impactante pórtico que lleva al Patio dos Arcos, desde el que se puede tener una hermosa vista de la sierra.



Palacio da Pena

Envolviendo el palacio, nos encontramos con un inmenso jardín en el que habitan numerosas especies animales y vegetales que la propia familia real hizo traer desde distintos lugares del mundo. La variedad hace que el jardín ofrezca un espectáculo diferente en cada estación del año.
Sin duda un hermoso rinconcito que hay que visitar.

domingo, 21 de julio de 2013

En busca de una estrella desconocida

Nadie sabe como sucedió. Cómo llegó la música de Sixto Rodríguez a Sudáfrica o cómo saltó a Australia y Nueva Zelanda es una incógnita todavía sin resolver.  Pero lo que sí se sabe es que se convirtió en un icono surgiendo desde la nada, que sin saberlo su música fue la banda sonora de toda una sociedad a la que se inspiró.

Descubierto en un local de la conocida ciudad de Detroit, este músico intentó, colarse entre las listas de los mejores discos de EE.UU. en los años 70. Al no conseguirlo, se desvaneció sin dejar rastro.

Hasta hace poco, nadie lo conocía, ni siquiera en su país (pocos son profetas en su propia tierra). Sus canciones nunca llegaron a ser escuchadas. Pero lo que, ni él mismo ni aquellos que le intentaron lanzar a la fama, desconocían es que al otro lado del océano  toda una generación cantaba sus canciones y se alzaba con sus letras como himno, aunque nunca hubiera dado un concierto para ellos.

Era un misterio, una incógnita, una leyenda. Nadie lo había visto nunca y sin embargo era todo un icono de la música. Alrededor de su persona deambulaban diversas historias sobre su suicidio: se pegó un tiro, se prendió fuego encima de un escenario... leyendas urbanas.
A través de sus dos únicos discos y de las letras de sus canciones, dos fans iniciaron una investigación para conocer algo más de él, de su vida, de las circunstancias que rodearon su supuesta muerte y de el porqué de la corta trayectoria de su música.
Y ambos hallaron lo que nunca hubieran imaginado: que el final era el principio de una conmovedora historia que vio la luz a través de este magnifico documental. Searching for Sugar Man.

domingo, 14 de julio de 2013

El otro Gaudi

"Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica" .


Imagen de Gaudi  (obra de José Luis Fernández) frente a la Casa Botines. León.

Gaudí, con sus palabras y, sobre todo, con sus obras mostró tanto la perfección del arte como la personal.
Gran maestro de la arquitectura, de todos sus trabajos, pocos fueron los realizados fuera de Cataluña. Concretamente sólo cuatro, uno de ellos en Comillas (Cantabria) y los otros tres en la provincia de León.
En Comillas podemos encontrar El Capricho, curiosa obra arquitectónica enmarcada en un bello entorno natural. 
En la provincia de León, Gaudí dejó su huella con dos edificios como son la Casa Botines, ubicada en el centro de la ciudad de León,  y El Palacio Episcopal de Astorga. Además en la propia Astorga, también se encuentra la Tumba del Dr. Grau, obra menos conocida del artista.

Casa Botines, León

La Casa Botines, también llamada Casa de Fernández y Andrés, es una magnifica construcción, ubicada en el mismo corazón de la ciudad de León y flanqueada por cuatro torres que recuerdan a los castillos medievales. En su fachada se haya un Reloj y una imagen de San Jorge y el dragón. En 1950 quisieron sustituir la imagen por otra de la patrona de la ciudad, encontrando dentro de la estatua un tubo de plomo que contenía documentos relativos a la construcción, como planos y diseños firmados por Gaudí, por lo que decidieron dejarla tala cual estaba.


Fachada Casa Botines


Inicialmente su construcción se realizó para albergar una fábrica de textiles en su sótano y viviendas en la parte de arriba, aunque hoy en día alberga la sede de una caja de ahorros.
Para poder observarla y disfrutarla con más detenimiento podemos sentarnos, frente a ella, en un banco junto a una imagen en bronce del propio Gaudí.


Un poco más al suroeste de esta provincia, en Astorga, se haya el Palacio Episcopal de la ciudad y la Tumba del Dr. Grau.

Palacio Episcopal de Astorga, León.

La primera piedra de Palacio fue puesta en 1889, pero por diversas circunstancias, la muerte de Gaudí y la muerte del Obispo entre otras, la obra no se terminó hasta la década de los 60.
El palacio tiene un aspecto que recuerda, al igual que la Casa Botines, a los castillos medievales, con almenas, miradores e incluso un foso que rodea todo el monumento y en el que están ubicadas tres estatuas de ángeles, diseñadas por el propio Gaudí, aunque su ubicación actual no es la que les correspondería inicialmente.


Interior del Palacio Episcopal de Astorga, León.

En su interior se mezclan varios estilos y en las plantas superiores se puede disfrutar de la mezcla de ambientes que crean las columnas y las vidrieras al paso de la luz.
Hoy en día el Palacio es la sede del Museo de Los Caminos, donde se puede encontrar una gran colección de objetos, en su gran mayoría relacionados con el Camino de Santiago, puesto que la ciudad de Astorga es un importante lugar de paso para los peregrinos.

sábado, 6 de julio de 2013

Cuatro esquinas romanas


Diosa Diana y Rio Nilo 


Oculta a la vuela de la Via del Quirinale y muy cerca de la Fontana de Trevi y de la Galería Nacional del Arte Antiguo, La Piazza delle Quattro Fontane es un pequeño rincón de Roma muy poco conocido y visitado.

 
Rio Nilo
 

Construida a finales del siglo XVI  como enlace de nuevas vías,  su características más especial y la que le otorga el nombre, son las cuatro fuentes que adornan cada una de sus esquinas.
No se sabe con certeza qué representan pero se dice que al norte de la plaza se encuentran las dos fuentes que representan a los ríos Nilo y Tíber, y al sur de la plaza nos encontramos a dos diosas de la mitología,  Juno y  Diana.


Diosa Juno

Sin duda, un lugar reducido y hermoso al que hay que darle una oportunidad, dedicándole un poco de nuestro tiempo, sobre todo de noche.