domingo, 27 de octubre de 2013

El descanso del peregrino

Descansando de su duro camino, observando la fachada del Convento de San Marcos, actual Parador, nos encontramos en León la estatua del Peregrino.






Cansado del largo viaje, se descalza y se reclina en plena plaza con la vista fija en una de las joyas de arquitectura que tiene la ciudad de León, cuyos orígenes se remontan al siglo XII, cuando se construyó con el fin de dar cobijo a los peregrinos y a la gente pobre.






Quien pasea por la ciudad, no se queda indiferente ante esta fachada de cerca de 100 metros, junto al río Bernesga, decorada con medallones y estatuas con temas que exaltan la monarquía, mezclados con motivos jacobeos y personajes del mundo clásico.




Reconstruido en el siglo XVI, convirtiéndose entonces en una de las obras maestras del plateresco español, dejó de utilizarse como Convento en 1836 y se instauró como Parador Nacional del León en 1964.







Todo aquel que desee adentrarse en su interior, podrá disfrutar de hermosas pinturas flamencas, elaborados tapices, muebles recuperados y tallas de madera. 




Sin duda una parada obligatoria y de gran belleza.